Un tema delicado

Siempre he creído que los Gobiernos y los partidos llamados a Gobernar los países, no pueden vivir de espaldas a la realidad. En el tema que hoy me ocupa, voy a empezar con un tópico, la realidad es muy tozuda.

A nadie se le escapa, que las leyes y las decisiones gubernamentales suelen ir en la mayoría de las veces, muy por detrás de esta misma. Y en el tema del aborto, no es para menos. A nadie se le escapa tampoco, que la mayoría de los abortos que se practican, se hacen bajo los tres supuestos hasta ahora factibles. Sean verdad o no. Sería un error pensar que porque no vemos el humo, no hay fuego. Terminaríamos quemándonos todos.

Personalmente, he de decir que en este tema estoy lleno de dudas. Y no. No por mi vinculación religiosa, sino por el enorme respeto que me merece la persona. (no digo lo de “persona humana” porque me parece una perogrullada).

No entro a discutir si una persona es tal a los pocos días, meses etc. No entro a discutir si la existencia de vida, nos lleva a colegir la existencia de la persona. No soy médico, ni filósofo, ni biólogo ni cura. Por tanto, no soy quien para dar lecciones a nadie sobre una u otra cosa. Pero lo que sí creo de verdad y estoy seguro de ello, es que quien decide llevar a cabo en su propio cuerpo y en su propia mente, un acto tan “transcendental”, es digno, como poco, de respeto. Digo lo de la mente, porque aunque los efectos físicos del acto en sí, desaparezcan, si no a los días, sí a las semanas, soy un convencido de que las cicatrices mentales o de conciencia, perduran durante años, cuando no toda la vida.

Sin embargo, aquí también me encuentro con una serie de dudas. Porque el ser humano no nace con conciencia. Esta se va labrando en nuestro devenir por el mundo. No hay herencia en la conciencia. No existe ADN que mida la misma. Porque no es otra cosa, que el entramado de esquemas mentales construidos a partir de patrones que nos han ido inculcando. De prácticas de prueba-error. De sensaciones que producen nuestros actos en los demás. De conclusiones sobre el bien y el mal. En definitiva, nuestra conciencia no deja de ser un reflejo de la conciencia social que cada uno ha mamado.

Y esto, lo que me lleva, es a defender a la persona, que en conciencia, toma la determinación seguro que muy delicada y dura, de abortar. Y no por el hecho de lo que hace, porque mi conciencia a mí en concreto, no me lo permitiría. Sino porque no tengo derecho alguno, a imponer mi conciencia sobre la de otros.

Por otra parte y dejándome de filosofía más o menos barata, la ley no cambia demasiado el fondo del tema. Los abortos seguirán practicándose en la misma proporción. No creo que por ello haya más o menos abortos, por todo lo expuesto anteriormente. Lo único que hace la ley es despenalizar y regularizar, es decir,  controlar, lo que pudieran ser prácticas en condiciones muy dudosas.

Y no, no me voy a meter con la iglesia. Porque en este caso, la doble moral se arregló hace muchísimos años con el invento de la confesión.

Confesión, que a mi parecer no es otra cosa, que un intento de tranquilizar la conciencia de uno mismo. Esa misma conciencia, que necesita estar tranquila para tener una vida feliz. Y que muchos han decidido poner en duda, estigmatizando a quien no comparte la suya, imponiéndole la penitencia, de además del trauma que supone el hecho en sí, la de sentirse señalada o incluso una delincuente.

P.D. 2 preguntas:

– ¿Qué es lo que lleva a una chica a callar y a no aceptar el consejo de quien más le quiere en esta vida? ¿sus padres?

– ¿Qué es lo que lleva a un/a joven a practicar sexo sin preservativo?

Y ya sé que la abstinencia es el método más seguro. Y contra los accidentes de tráfico lo mejor es no conducir.

Pero es que aquí, conduce todo quisqui y folla el que puede.

3 Responses to Un tema delicado

  1. gsantamaria dice:

    Yo creo que la divergencia fundamental con relación a este tema proviene de la no identificación clara de los ámbitos penal y civil.
    Quien lo entiende desde un punto de vista moral (y aquí coincido en que nadie es quién para juzgar las decisiones personales ajenas, pero un sector no desdeñable de la sociedad, gran parte de él vinculado a la Iglesia, sí lo hace), apelará a la mayoría de edad civil, y se preguntará cómo es posible que una chica de 16 años no pueda votar o comprar alcohol (en teoría), pero sí pueda abortar.
    Quien lo entiende desde una posición no pasional (éste es mi caso), considerando que se trata de un asunto de simple despenalización, acudiendo al código penal, no encontrará tal incongruencia, puesto que la edad penal se sitúa en los 16 años.

    ¿Y si resulta que el problema es la no-coincidencia de las mayorías de edad civil y penal…?

  2. gsantamaria dice:

    Por supuesto, no he considerado el caso de quienes pretenden pontificar. Para mí, esos no tienen cabida en el debate, porque lo pervierten.

  3. Aitor dice:

    Sin entrar en todo lo de arriba, que respeto y comparto, personalmente creo que la modificación busca resolver las situaciones mas crudas y que viven los profesionales de lo social.
    Solo deberíamos pasar por los centro tutelares y lugares de adopción, plagados de niños con futuros inciertos y complejos. Muchos de ellos entendidos como embarazos no deseados y con las consecuencias que ello acarrea y escrito en tomos de psicología.
    Es que un niño no solo es parirlo, después hay que empujar el carro de la vida y si no estas dispuesto al esfuerzo de empujar, pues coño, no lo tengas.
    Y nos juntamos con la cosa previa de la no concepción, hablar es fácil pero si un@ pasa de su hijo después de tenerlo, podríamos decir que hasta para no hacerlo hay que tener dos dedos de frente y concienciarse de que follar esta bien, pero como dice un amigo, es contagioso para la otra parte.
    Lo tenemos con el SIDA, la gente por no usar eso tan agobiante del condon se pilla un SIDA, unas benereas o similares y tan pichis.
    Seria cojonudo no reguilar este tema por tener solucionado el tema de la concepción, pero hay que tener dos dedos de frente y en la mayoría de los casos de descerebre juvenil, estoy convencido de que las familias llevarían el tema para adelante.
    Lo jodido es solucionar el tema de las personas desfavorecidas, vamos que se me hace dificil de entender que una mujer maltratada, una mujer empobrecida, una mujer que vive en un poblado de chabolas pueda tener planificada su vida sexual.
    De lo de la salud ni me meto
    otro dia mas…

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